Veo Veo: una canción para mirar hacia atrás (con la mente hacia adelante)

Última actualización: 04/05/21

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Veo veo… ¿qué ves? Este posteo forma parte de un juego de dinámicas creativas que consistió en dar a conocer lugares, sensaciones y experiencias sobre distintos lugares del mundo junto a otros bloggers de viaje. Podés ver toda la info en el grupo de Facebook.
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Hace mucho que no participamos del Veo Veo. Cuando vimos que el tema de este mes era una canción, no lo podíamos dejar pasar. ¿Qué sería de la vida sin música? Mejor todavía si esas estrofas susurradas nos dejan pensando, esos temas que los podés escuchar una y otra vez sin cansarte.

Fue difícil elegir una sola. Una de las opciones era Society, de Eddie Vedder, que estaba codo a codo con Gone, de Jack Johnson. Haciendo un paneo mental de canciones en español, la primera que vino a la mente fue Las horas perdidas, de Zambayonny, tema que conocimos gracias a Aldana de Magia en el Camino (gracias!). Tratando de elegir una sola, nos dimos cuenta que las tres trataban el mismo tema: acordarse de vivir, tarea tan simple pero que se complica tanto con el paso de los años. Casualidad que las hayamos elegido, ¿no? Nos quedamos con esta última porque es en nuestro idioma y no se pierde ningún detalle en la traducción.

Con ustedes… Las horas perdidas.

[su_youtube url=»https://www.youtube.com/watch?v=5QNqAjPg19o» width=»640″ height=»440″]

Qué pena
las horas perdidas, que dimos de ventaja
las copas vacías, mentiras sin barajas,
que tus cosas, que las mías,
y al fin llevarnos nada.

Qué pena
los pasos en vano,
dejándonos de lado los bares abiertos que no nos acordamos
las lluvias sin chapas, los mapas alambrados.

Pero, qué pena
las azucenas en la ventana
que pena todo, que pena nada,
que pena el oro que no brillaba
lo que queríamos ser de grandes
lo que volvimos enloquecidos
tan negociables.

Qué pena
las noches aquellas, mirando las estrellas
siguiendo las huellas, de una riqueza absurda,
que pena, no haber nunca perdido la cabeza,

Que pena
los días gastados
a cuenta del futuro
,
tomándonos puro el vino rebajado
que pena haber fallado, estando tan seguros.

Pero, qué pena
las azucenas en la ventana
que pena todo, que pena nada,
que pena el oro que no brillaba
lo que queríamos ser de grandes
lo que volvimos enloquecidos
tan negociables.

Qué pena
los cinco minutos, que nunca nos tomamos
hoteles de paso, por los que no pasamos,
que pena, tanta cama
y llegar siempre cansados.

Qué pena
los sueños corrientes, que nunca nos contamos
los viajes separados, las flores en Septiembre,
que pena haber estado
tan pendiente de lo urgente.

Pero, qué pena
las azucenas en la ventana
que pena todo, que pena nada,
que pena el oro que no brillaba
lo que queríamos ser de grandes
lo que volvimos enloquecidos
tan negociables.

Pero, qué pena
las azucenas en la ventana
que pena todo, que pena nada,
que pena el oro que no brillaba
lo que queríamos ser de grandes
lo que volvimos como cretinos
tan negociables.

Qué pena los cinco minutos que nunca nos tomamos...

Qué pena los cinco minutos que nunca nos tomamos…

 Termino de escuchar la canción y me teletransporto al Subte B que tomaba todos los días para ir a trabajar. Me acuerdo del tufo que había en el andén esos calurosos días de verano, de tener que tomarlo en la dirección contraria para ir hasta Além y poder viajar sentada hasta el final del recorrido, del chico que repartía los diarios “La razón” donde rara vez se habla de sueños e ilusiones, y de la cara de cada uno de mis compañeros de viaje. Casi siempre iba estudiando, para aprovechar los pocos minutos “libres” que tenía en ese entonces, pero me distraía muy fácilmente. La mente se me iba en adivinar lo que estaría pensando cada una de esas personas que estaban en ese mismo vagón que yo. Las escasas sonrisas me hacían pensar que lo que estaban haciendo atentaba su voluntad. Muy distinto era tomar el subte los sábados o domingos, que era cuando estaba colmado de nenes llenos de emoción porque era la primera vez que  viajaban en “sub”, como le decía mi primo. Yo tan nerviosa yendo a las prácticas de la facultad, y ellos tan alborotados. Se bajaban todos en el Abasto, sin pensar que seguramente años más tarde tomar este mismo medio de transporte no tendría tanta emoción.

Lo que queríamos ser de grandes, lo que volvimos, enloquecidos, tan negociables...

Lo que queríamos ser de grandes, lo que volvimos, enloquecidos, tan negociables…

¿Dónde fue que hizo clic? ¿En qué parte de este proceso de la vida renunciamos a lo que queríamos ser de grandes para ser lo que somos? Hacé memoria. Todos dijimos más de una vez “Cuando sea grande quiero ser futbolista/modelo/viajera/conductora de TV/patinadora/astronauta/piloto de avión/motoquero/actor/director de cine/escritor/etcétera, etcétera, etcétera…”. En una sociedad donde todo tiene un precio –incluyendo a cada uno de nosotros- es fácil vendernos cuando surge una oferta demasiado tentadora como para dejarla pasar. Caemos en el sistema, y resignamos lo que queríamos ser de grandes siguiendo las huellas de una riqueza absurda, influenciados por una sociedad que está pensada para crear ciudadanos de molde. Y nos sentimos culpables. Criminales si no gastamos los días a cuenta del futuro, delincuentes por tomarnos esos cinco minutos que tanto necesitamos, por dormir esa siesta que tanto nos apetece, por “perder” dos horas de viaje para visitar a ese amigo que hace tanto que no vemos.

“Qué pena haber estado tan pendiente de lo urgente”

Regalate al menos una hora cada día para hacer algo que realmente te apasione. Lo que sea. Va a llegar un día en que no tengas más horas que perder ni más días que gastar. Que ese día no te encuentre diciendo “Qué pena no haber nunca perdido la cabeza”.

Y tratando de encontrar el momento decisivo en que sin darnos cuenta renunciamos a lo que queríamos ser de grandes para ser lo que somos, se me vino a la mente una de esas cadenas de mails que llegaban en aquellos tiempos donde no existía el Faecbook, ni el Twitter, ni el MSN. Sólo estaba el ICQ, con su molesto ruidito y los mensajes que se abrían en diferentes ventanas. En la época donde teníamos que desconectarnos de internet porque alguien quería usar el teléfono, y porque la tarifa era carísima. La mayoría de las cadenas eran basura, pero hay una que me quedó grabada. La busqué y no tardó más de unos segundos en aparecer frente a mis ojos. Con ustedes…

Renuncio a ser adulto

Por la presente presento mi renuncia a ser adulto.

He decidido aceptar la responsabilidad de tener 6 años nuevamente.

Quiero ir a McDonalds y pensar que es un restaurante de 5 estrellas.

Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos
tirando piedras al agua.

Quiero pensar que los dulces es mejor que el dinero, pues se pueden comer.

Quiero tener un receso y pintar con acuarelas.

Quiero salir comodamente de mi casa sin preocuparme como luce mi cabello.

Quiero tener alguien que me arregle y me planche la ropa.

Quiero regresar a mi casa a una comida casera y que alguien corte mi carne.

Quiero tomar largos baños y dormir 10 horas todas las noches.

Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble y vender limonada con
mis amigos en un dia caluroso de verano.

Quiero abrazar a mis padres todos los dias y enjugar mis lágrimas en
sus hombros.

Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple.

Cuando todo
lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas;

y eso no me
molestaba, porque no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.

Cuando todo lo que sabía era ser feliz porque no sabia las cosas que
preocupan y molestan.

Quiero pensar que el mundo es justo.

Que todo el mundo es honesto y bueno.

Quiero pensar que todo es posible.

En algun lugar en mi juventud madure y aprendí demasiado.

Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.

Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento,
enfermedad, dolor y la muerte.

Aprendí que tu tienes que limpiar los inodoros.

Aprendí de un mundo que saben como matar y lo hacen.

Que paso con el tiempo que pensaba que todo el mundo viviria para
siempre, porque no entendia el concepto de la muerte, excepto cuando
perdí a mi mascota.

Cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi
pelota de jugar o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.

Cuando no necesitaba lentes para leer.

Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme
nuevamente con las pequeñas cosas una vez mas.

Quiero regresar a los días en que la música era limpia y sana.

Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz
porque yo lo era.

Caminaría de nuevo en la playa pensando solo en la arena entre los
dedos de mis pies y el caracol más bonito que pudiera encontrar sin
preocuparme por la erosión y la contaminación.

Pasaría mis tardes subiendo árboles y montando mi bicicleta hasta
llegar al parque, sin la preocupación de que me secuestren.

No me preocupaba el tiempo, las deudas, o de donde iba a sacar el
dinero para arreglar el carro.

Solo pensaría en que iba a ser cuando grande,
sin la preocupación de lograrlo o no.

Quiero vivir simple, nuevamente.

No quiero que mis días sean de computadoras que se inhiben, de la
montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de cómo
sobrevivir unos días más al mes cuando ya no queda dinero en la cuenta.

No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.

No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de
seres queridos.

Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de
manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia,de la paz, los
suenos, de la imaginación.

Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en
la arena …….

¡¡¡Oh, Siii !!! Quiero volver a mis 6 años nuevamente
…….. y ya esta decidido.

Anónimo

DSCN4905

Todavía estamos a tiempo para volver a luchar por lo que queríamos ser de grandes… y hacerlo realidad. Vos… ¿qué querías ser cuando fueras grande? ¿Qué esperás para lograrlo?

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Seguí viajando a través de las canciones de los demás participantes del Veo Veo:

Ir Andando | Cruzar la Puerta | Planeta Tour | Hey Hey World | Que tengas Buen Viaje | Pensadora | Titin Round the World | Días Nómade | Mi vida en una mochila | Bitácora Viajera
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7 Comentarios

  1. Lau - Klando Va de Viaje

    hermoso chicos!

    Responder
  2. toba2

    que hermoso momento me hicieron pasar, que pena que termino!,yo todos los dias quiero volver a los 6 anos, no porque la pase mal,sino porque no desconfiaba de nadie,todos para mi eran buenos,y ademas porque jugaba en la calle con todos mis amiguitos hasta que mama nos llamaba a comer y yo siempre me traia a casa a algun amiguito para que ocupe un lugar en la mesa…..uyyyy que lindo seria volver a confiar y tener la ingenuidad de un nino de 6 anos.Bueno todos llevamos un nino dentro,no dejemos que se pierda! los quiero chicos,muy muy bueno!

    Responder
  3. Adrián Lax

    Qué grandes sois, marcopólicos!!! Precisamente hoy he estado pensando mucho en este asunto, el de ser de grande lo que uno quiso ser desde chico -aunque un dia decidió dejar de pensarlo… Muy acertada la frase de «Qué pena no haber nunca perdido la cabeza»… Sí!!! Por donde caminan ahora?? Espero que estén disfrutando de su viaje tanto como se pueda imaginar. Saludos ibéricos! 😉

    Responder
    • Marcandoelpolo

      Gracias Adrián! Todos deberíamos perder la cabeza de tanto en tanto. Un poco de locura es necesaria para salir de la cordura establecida.
      Ahora estamos por Camboya, disfrutando de la vida 🙂
      Abrazo!

      Responder
  4. Seba

    Uff…Daniela, me dejaron sin palabras y con los ojos mojados. Me la guardo para digerirla escuchando Into the wild camino al laburo.
    A tu lista se le podría sumar una de Collective Soul:
    https://www.youtube.com/watch?v=-vc2kSrjRg0

    Saludos

    Responder
  5. Alicia

    Hola, chicos. Una vez más, una nota hermosa. Qué bueno sería parar y empezar a hacer algo de todo eso una vez al día hasta que se vuelva un hábito, una sana costumbre. Mucho para pensar, les mando un beso grande!

    Responder
  6. Sol Iametti

    Hermoso post! desde las citas, hasta la elección de las canciones (incluyendo las semi finalistas)y las fotos, dejando una estela de coincidencia cósmica, de esa que nos hace pensar en la belleza de la vida y la posibilidad de que todos escuchamos la misma canción.
    Me gustó en particular la frase «Qué pena haber estado tan pendiente de lo urgente». Me la guardo para cuando necesite ayuda para salir de las corridas de la rutina.
    Gracias!!

    Responder

Trackbacks/Pingbacks

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