Todo lo que vivamente imaginamos, ardientemente deseamos, sinceramente creemos y entusiastamente emprendemos… inevitablemente sucederá.
Es tan cursi como real. Supimos comprender que es verdad que lo imposible solamente tarda un poco más y que la única manera de probar si somos capaces de hacer algo es intentándolo. Cuando algo tiene que ser, será.
Esto pasó con St. Jordi. Viajar a Barcelona no estaba en los planes, nuestra idea era quedarnos varios meses en Italia descansando y escribiendo nuestro segundo libro antes de volver a Argentina, pero esta vez las señales nos llegaron por mail. Primero surgió la posibilidad de participar de las Jornadas de los Grandes Viajes en Barcelona a fines de Abril, que estuvieron ES-PEC-TA-CU-LA-RES. Todavía se me pone la piel de gallina al recordar la energía que había en ese lugar. Y, como si esto fuera poco, llegaríamos para participar de St. Jordi con «Un Viaje Interior», que era unos días antes.
Si no sos de España, te contamos que el día de St. Jordi (23 de Abril) es para los catalanes lo que San Valentín es para gran parte del mundo. Los hombres regalan rosas a las mujeres, y ellas, libros.

Las calles explotan
Para participar teníamos dos problemas desafíos: tener los libros impresos a tiempo y conseguir el permiso para tener un puestito y poder venderlos. El orden de los factores no altera el producto, pero teníamos que conseguir los dos. Si hay algo que aprendimos viajando es que las cosas, de alguna manera, siempre se resuelven.
En medio de todo esto nos llegó otra invitación a Barcelona; no tenía nada que ver con los libros. O sí, porque todo se conecta. Era de un programa de tele, Catalunya Experience, en el que muestran Cataluña a través de los ojos de los extranjeros. Esta vez, seríamos los invitados, así que aceptamos sin dudar y partimos. En un ratito libre que tuvimos hicimos una escapada para tramitar el permiso para St. Jordi, pero nos dijeron que no tendríamos novedades hasta unos días antes del evento.
Tiempo más tarde nos llega el tan esperado mail. Está en catalán pero se entiende, aunque espero estar comprendiendo mal lo que está escrito. Pero no, más claro imposible: hay un dibujito de una rosa. Nos dieron el permiso para vender rosas. Solo rosas, no libros. ¿Y si envolvemos cada libro en una rosa? St. Jordi se alejaba…
Pero siempre, SIEMPRE, hay una solución. Le comentamos esto a Pablo e Itziar, de La Editorial Viajera, y nos pusieron en contacto con Rafa y Noe de Un millón de elefantes. Si con nosotros se habían equivocado y nos dieron un permiso para vender rosas, a ellos les dieron dos puestos, así que podíamos ocupar uno.
Teníamos el permiso. Nos faltaban los libros. Comienza la cuenta regresiva.

Prueba de impresión, el libro está en camino.
Gracias por la foto a Pablo e Iziar de ungranviaje.org
El miércoles nos llega un mensaje de Itziar avisándonos que los libros estaban listos. Pero en Madrid. Tenían que llegar a Barcelona el viernes a más tardar… y lo hicieron. Las cajas estaban llenas de adrenalina y de la emoción de quien ve algo por primera vez: teníamos en nuestras manos a «Un Viaje Interior». Por fin.

Y así llegué, con esta cara de dormida pero feliz de cómo se dieron las cosas

Así estaba nuestro puestito

Con Frei, quien nos ayudó recibiendo tooodas las cajas con libros en su casa.

El ambiente de St Jordi es genial

¡GRACIAS por mimarnos!

¡Mucha gracias por venir! Las esperamos en Buenos Aires 🙂

¡Muchas gracias, chicos! Qué lindo verlos 🙂

¡Qué lindo encontrarlos nuevamente, Rober y Berta!
Les queremos agradecer especialmente a Frei, Ada, Eloi y Julia, quienes nos alojaron y acompañaron los días previos y posteriores al evento; a la gente de Happy People Apartments que nos alojó en sus Apartamentos en Barcelona durante el evento para que pudiéramos descansar y estar cerquita de la movida; a Pablo e Itziar por hacer lo imposible para tener los libros a tiempo; y a Rafa y Noe por cedernos uno de sus permisos para que pudiéramos estar. Sin ustedes, esto no hubiese sido posible.
Estamos eternamente agradecidos y emocionados por toda la gente que se acercó a compartir un rato con nosotros en Sant Jordi. Por poder ponerle cara a los nombres que veíamos virtualmente y romper con la barrera de píxeles.
Por comprobar que lo bueno, contagia. Por saber que las palabras que tiramos dentro de una botella al mar, llegaron a buen puerto.
¡GRACIAS! ¡MERCI!

¡GRACIAS! Ya de vuelta en Happy People Apartments después de un día que quedará grabado para siempre.
Hola, me paso tu web tu tío Luis Beltrame, fuimos compañeros de grupo en la universidad, allá por 1984, y chateando sobre viajes me dijo de Uds., realmente los felicito, lo que he leido aquí es emocionante y les deseo muchos éxitos y espero seguir teniendo noticias, yo estoy en Resistencia Chaco Argentina. Un abrazo.
Hola Luis, ¿cómo estás? Qué bueno que el tío te pasó mi contacto. ¡Bienvenido!
Muchas gracias por la buena energía que nos mandás en tu mensaje. Saludos!