No sé qué hora sería, pero calculo que las dos o tres de la tarde. En un campo abierto, rodeado por colinas con pinos, formábamos fila un grupo de prisioneros de ropa gastada y cara sucia. Salimos de trabajar en la mina para que los guardias hicieran uno de los tantos conteos del día, para asegurarse que ninguno se había escapado. Adelante, subido a una pequeña tarima de madera, estaba un militar norcoreano con un silbato y algunas insignias de honor enganchadas a su bolsillo izquierdo.
Esto fue hace una semana, cuando sin saberlo aparecí en un campo de concentración de Corea del Norte, donde llevan a los traidores e irrespetuosos del sistema, los que alteran la lucha socialista que todo el pueblo norcoreano tiene que llevar adelante como una gran familia. Creo que era Yodok, o Campo 14, no estoy seguro, pero todo lo que me estaba pasando era tal cual lo había leído en Aquariums of Pyongyang y Escape from Camp 14. Tampoco sé bien por qué me llevaron a mí, pero supongo que fue por decir que me parecía un poco exagerado eso de que el nacimiento de Kim Jong-il fue presagiado por una golondrina, una nueva estrella en el cielo y un doble arcoíris sobre el Monte Paektu, el más sagrado para los norcoreanos. También me pareció ridículo el velorio cuando éste murió a finales del 2011. Todos esos llantos descomunales me parecieron un poco falsos, pero supongo que todo el que lo vio sintió lo mismo.
No sentía cansancio físico, pero si miraba alrededor mío todos parecían estar en peores condiciones que yo. Tal vez porque era mi primer día, aunque en realidad no sé cuánto tiempo llevaba ahí. Mientras el militar de la tarima hacía sonar su silbato, otro caminaba entre las filas con una carpeta en la mano y gritaba los nombres de cada uno de nosotros. El mío todavía no lo había escuchado, pero estaba seguro que cuando llegara no lo iba a entender, y ahí sí que iba a tener mi primer problema grande. Por lo que tenía entendido, al ser una ofensa menor, o me ligaría una buena paliza o me bajarían la ración de comida.
Decidí salir corriendo. Pasé por delante de los otros presos pero ninguno se movió para frenarme. El guardia de la tarima empezó a gritar y el de la carpeta intentó perseguirme, pero yo ya estaba a la altura de las colinas. Por primera vez en una situación de la que tengo que escapar lo más rápido posible, pude correr, correr rápido sin entrar en la desesperante situación en la que muevo las piernas pero no avanzo. No podía creer que el escape estaba siendo tan fácil, si seguía al mismo ritmo iba a atravesar todo el bosque hasta llegar al río Yalu, que al ser invierno estaría congelado e iba a poder cruzar a China. Aaaay China, lo primero que haría sería comerme un buen plato de la mian en un restaurante musulmán. Es verdad que esto no lo pensé en el momento que me estaba escapando, porque cuando más distancia le había sacado a los que me perseguían, ví que atrás de los pinos había militares esperando para agarrarme.
Lo que sigue no tiene explicación lógica, pero simplemente así se dio. Miré para un costado y vi que tenía dos militares de casco celeste a mi lado. Me podían haber agarrado sin problemas, pero les guiñé un ojo como diciendo “no sean malos, déjenme pasar esta”, me devolvieron una sonrisa cómplice y me dejaron seguir. No sé por qué, pero apenas pasé a los militares me trepé a un pino. No como me hubiese trepado en cualquier otro momento, sino que lo hice como un filipino entrenado para bajar cocos de las palmeras. Arriba, uniendo varios árboles, había una casita de madera, toda cerrada salvo por un agujero en una de las paredes. Supongo que era un puesto de observación.En la casita creo que pasé un par de días, no me acuerdo, pero sí me acuerdo el momento en el que la dejé.
Miro por el agujero y veo a Rodman caminando por una calle. Frena. Del otro lado se acerca Kim Jong-un con su cortecito de budinera, rengueando y ayudado por un bastón. Se saludan y siguen caminando juntos. Ese momento no me lo podía perder, así que me tiré desde arriba del árbol con mi cámara (ah, me olvidé de decir que en algún momento apareció mi cámara) y corrí para saludarlos. “¡Rodman… Rodmaaaaan!”. Le di la mano, intercambiamos algunas palabras, me dio una palmada en la espalda, creo, y le dijo al Líder: “a éste te conviene tenerlo cerca…”. ¡Graaaande Rodman!.
Gracias a Rodman, mi estadía en el campo cambió. Los militares empezaron a respetarme y desde los altos cargos querían socializar conmigo. El único que reconocí fue a Alejandro Cao de Benós, un político español que es el primer occidental en ser parte del gobierno norcoreano, así de raro como suena, al que había visto en un documental. Incluso una mañana fui a despertar a mi amigo el Líder Supremo, aunque los guardias me decían que era una locura, y pasamos un rato riéndonos con una página que le mostré de él mirando cosas.
Ahí fue cuando me desperté, aliviado de haber vuelto a mi realidad. Empezaba a pasarla bien al lado de Kin Jong-un, de hecho ya me sentía como su mano derecha, o mejor su pierna derecha para ayudarlo con la renguera, pero la realidad en la que desperté es una de la que no me quería escapar. Dani se despertó y emocionado le conté todo el sueño que había tenido, con lujo de detalles. Para no olvidarme de nada, prendí la computadora y escribí todos los momentos claves. No era la primera vez que le caía simpático a un personaje inalcanzable, también fui compinche y consejero del Rey de Tailandia cuando conseguí un trabajito part-time como parte de la Guardia Real tailandesa.
Algo de lo que vi en mi sueño:
No te imaginás la cantidad de veces que me desperté queriendo volver al sueño. Seguro que a vos también te pasó o te está pasando, en esos días largos de principio de semana que cuando suena el despertador se siente como un martillazo en la cabeza. Me pasó mucho durante el último año en Buenos Aires, lo único que podía pensar cuando me despertaba era cuánto faltaba para volver a acostarme y cuándo llegaría el fin de semana. También tenía sueños recurrentes, en los que desaprobaba algún examen o los turistas se ponían locos y me querían linchar mientras trabajaba de guía (“¡¡Duro al guía, duro al guía, que le quede la cara como a Kiko!!”). En ninguno podía resolver el problema. Nunca me hacía amigo de los turistas guiñándole un ojo o aparecía Michael Jordan para decirle al profesor que me aprobara. El problema era mi realidad, que se aparecía con sus peores matices exagerada en sueños. La mayor parte del tiempo la estaba ocupando con cosas que no disfrutaba hacer, como el trabajo y la preocupación que los exámenes me generaban. Claro que en ese momento suponía que era el único camino para, con el tiempo, poder disfrutar más, pero ¿cuánto tendría que esperar? La verdad que no lo sé, porque una vez que encontré una realidad que puedo disfrutar todos los días, me propuse hacer lo posible para no dejarla escapar como a un sueño.

Mensajes que te dejan pensando…
Hace tres días, en el espacio común del hostel donde estamos trabajando, escuché la conversación de dos viajeros. No sé si se complotaron para que pudiera darle más sentido a la historia del sueño, o yo estaba más atento para relacionarlo, pero me dieron el pie justo para hacer este posteo. Él, un estadounidense de unos treinta años, le contaba a Pía, una austríaca que hace varias semanas que está en el hostel, sobre el viaje de un año alrededor del mundo que estaba haciendo:
– “Estoy a mitad de camino de mi viaje. Ya estuve por el Sudeste asiático, China, Japón, Corea y ahora vuelo a San Francisco, donde tengo una conexión a México y de ahí voy para Sudamérica para la última parte…”, todo esto lo contaba mientras marcaba los lugares con el dedo en el mapamundi que cuelga de la pared.
– “Qué bueno, debés estar emocionado por lo que viene…”
– “Sí, pero también estoy triste porque cada vez falta menos para que termine…”
– “Sí, eso es lo malo de los viajes, que en algún momento terminan jaja. ¿Y después del viaje qué tenés planeado hacer?”
– “Back to fucking reality… así es la vida. Voy a tomarme un tiempo para ver si consigo un trabajo mejor, y si no puedo, volveré al mismo de antes”.
Sí, un viaje de un año también termina, aunque no parezca cuando recién salís. No pensás en lo que vas a hacer cuando vuelvas porque para eso falta demasiado, pero se termina más rápido de lo que creías. El problema no es que el viaje se termine, el problema lo tenés cuando la realidad que te espera no es la que querés. Esto me hace acordar a Ellie Paskell, una chica inglesa que conocimos en Tailandia mientras hacía una terapia espiritual para superar la depresión de que su momento de fama como actriz había pasado.
Sea viajar, cocinar, tocar la flauta traversa o cualquier otra cosa que disfrutes, no te convenzas de que el orden natural de la vida es hacer lo que te gusta sólo en tu tiempo libre. Aunque pienses que vivir de lo que amás es un beneficio que sólo los que tienen un talento especial se pueden dar, hay mucha gente que lo hace e inspira a otros a hacerlo. Uno de los que más me motivó cuando empezamos con el blog fue Mark Smith, el creador de Seat 61. Mark tiene una pasión por los trenes, como muchos otros en Gran Bretaña. En el 2001 empezó a compartir todos sus conocimientos en una página, al no encontrar información práctica para viajar en tren por Europa. Tanta pasión le puso, que la página creció hasta convertirse, después de seis años de dedicación constante, en su único trabajo, renunciando al que tenía. La clave fue que la página no la creó pensando en hacer plata, sino por una pasión que él tiene.
Seguro que hay mucha gente con nada mejor que hacer que criticar a los que eligen otro camino, pero si no los ignoras, vas a terminar haciendo lo que ellos quieren. Ni siquiera debería haber escrito este posteo si me hubiese puesto a pensar en que habrá algunos que lo lean y digan que inventé lo del sueño, otros que critiquen cómo quedó la foto de portada, que la historia del sueño no tiene relación con el mensaje que estamos tratando y otros que hubiesen preferido una guía de viaje porque no le encuentran la utilidad a esto. Bueno, pero qué importa, no hay que gustarle a todos, y si escribir sobre este sueño bizarro es lo que me hizo feliz en estos días, entonces ¿por qué no? Es verdad que escribir un posteo no tiene mucho riesgo, o al menos éste posteo, pero elegir lo que queremos hacer sin importar lo que vayan a pensar otros es la manera en la que deberíamos tomar todas las decisiones.
No dejes que la fantasía supere a tu realidad, porque Rodman no va a estar en esta para salvarte.

Elegí vos tu propio camino…
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Hola Chicos
Hace rato que no me pobnía a ler algo de uds. Siempre despertando ganas de vivir y recorrer!
Este año estuve en Gecia y Turquía y lo que más me sigue maravillando es la diverisdad cultural de la raza humana. Inacabable fuente de placer y curiosidad.
Obviamente saqué un montón de fotos, voy a ver si les mando alguna
Un beso grande
Manuel
Hola Manuel! Muchas gracias por la buena onda de siempre!
Qué bueno que anduviste por Grecia y Turquía! Nos alegramos muchísimo que la hayas pasado genial, y queremos ver fotos!
Besos!!!
Me encantó!!!Me sacaste una sonrisa en un día difícil!!
Gracias!!
Qué bueno, Lau! Pronto nos conoceremos 🙂
Abrazo grande!
Genio Jota, genia dani. A cuantos nos han inspirado. Recuerdo que los conocí buscando info sobre Bangladesh e india, porque me estaba por ir a vivir a delhi y no aguantaba la presión de los que me decían que estaba loca. Con ustedes me distraje de esos comentarios conserva y me atreví a soñar con una vida por el mundo. Gracias a los dos, son lo más!
Grande Agos! Nos acordamos cuando pedías más info de Bangla al grito de «quedé re manija» jajajaja.
Gracias a vos por compartir parte de tus pasos con nosotros. Seguramente varios comentarios conservadores ya se pusieron de tu lado al ver tu felicidad.
Te deseamos lo mejor!
Super interesante la historia y muy inspirador el mensaje. Que raro este personaje español que trabaja para el gobierno norcoreano, debe ser muy interesante conocerlo personalmente, le haría mil preguntas. Vos Jota lo pudiste conocer jajaja.
Gracias chicos por el blog, me encanta 🙂
Jajaja a mí también me encantaría conocerlo personalmente, porque en el sueño se me fue rápido como para poder preguntarle varias cosas que quisiera. Quizás se te aparezca a vos también una de estas noches jaja.
Saludos!
Te creemos que tus sueños son flasheros y te re bancamos Jeyy!
Como dicen, no hay tiempo para cosa, hoy es tiempo de eso que nos pide adentro salir.
Es muy triste pensar en el fin de un viaje como el regreso a una triste realidad, como si el viaje fuese un sueño, una fantasia. Desperteeemos!. El viaje es realidad y lo que nos deja adentro nos ayuda a seguir construyendo realidades que nos hagan felices.
Puede ser viajar, pintar, fotografiar, enseñar, diseñar, curar, etc, Cualquier cosa que nos llene el corazon puede construir grandes realidades.
Sigan rompiendo paredes que el que diran es problema a resolver de quienes critican y eso solo se aprende con el tiempo y la vida.
Los queremos olorosos!!
Grossos! Saben dónde sacamos la foto de «If plan A doesn’t work…?» Sí, en Goomalling!!! jajaja. Supongo que seguirán con la tradición de las «jokes» en la puerta, porque todo el pueblo las espera con ansias jaja.
Esperamos que la comida firtanga les llene el corazón durante estos meses (no tanto el estómago porque les va a pegar duro). Nosotros la pasamos muy bien!
Con amor desde Corea!
Siii! seguimos!! cada vez que ponemos un chiste machista se descostillan de la risa! cuando ponemos uno feminista, entran diciendo «eso no es verdad» enojados!
jajajjaja
buenisima historia!! tremendo sueño!! jaja la posta es la posta!! me encanta su blog y que compartan todo lo bueno que les pasa y les ha pasado, son mis favoritos cuando tengo que explicar por que me quiero ir de viaje y les cuento:»hay dos pibes recorriendo Asia a dedo!!!!!!» el mensaje es claro y es lo que a fin de cuentas los que buscamos encontrarnos en ese pensamiento queremos leer! los felicito todos los dias! ojala los encuentre en algún lugar del mundo!! abrazos argentinos y gualeguachenses( o sea de Gualeguaychu)!!
Hola Evaaa!
No sabemos si que nos pongas como ejemplo va a ser beneficioso o contraproducente, pero al menos podés quedarte tranquila de que no sos la única loca jaja. Mirá que después de un tiempo podés terminar con sueños como éste eh, nosotros te avisamos!
Abrazos grandes coreanos!!!