Nos vamos de viaje culinario para degustar la comida de Malasia: lo que más nos gustó, lo que ni fu ni fa, y lo que no repetiríamos.
Si tuviésemos que elegir un destino asiático que sea pura y exclusivamente para comer, Malasia estaría entre los nominados. Es un país donde las influencias chinas e indias se sumaron a la gastronomía malaya para crear una de las mejores combinaciones culinarias que puedan existir en el continente.
Bienvenido a Malasia, te invitamos a saborear este posteo enterito, no queremos ver que queden ni las migas…
Roti boom y teh tarik: el maridaje perfecto
Antes de empezar a hablar de los distintos platos que podés encontrar dentro del amplio mundo de la comida de Malasia, nos vemos obligados a presentarte a nuestro aliado de todas las mañanas, y varias tardes también… nuestro amado teh tarik.
Ya te hablamos de él en el posteo de comida en Singapur, pero fue en Malasia donde lo probamos por primera vez y donde está disponible en cada rincón del país.
¿Qué es? Es té mezclado con azúcar y leche condensada. Eso no tiene nada de especial, salvo su extrema dulzura. El toque distintivo se lo dan al “tirarlo” (tarik = tirar) de un recipiente a otro, haciendo que se forme una pomposa espuma de sabor y que nos permite saber si el té va a ser bueno o no.
Un buen indicador de que es un teh tarik hecho por un experto es si la espuma viene chorreándose por el costado de la taza, dejándolo todo pegoteado. Otra particularidad es que siempre te lo tienen que dar en una taza de vidrio transparente, tipo chop de cerveza, para poder apreciar la espuma.
Para algunos paladares supera el límite tolerable de empalago, pero para los dulces como nosotros es el súmmum de las infusiones. Se puede pedir caliente o frío (teh tarik ais –sí, como ice, pero escrito en malayo-) en esos días de calor insoportable.
Queremos que no te vayas de Malasia sin probarlo, porque según nuestras estadísticas oficiales, el 98% de los viajeros por este país nunca lo prueba. Los números son alarmantes, pero reales. Solo un ínfimo número de viajeros que cruzamos en Malasia o después de un viaje lo había probado, y la mayoría ni lo registraba. Introdujimos a todos los que pudimos a una buena taza de té tirado, pero con este posteo queremos hacerlo masivo… ¡¡Teh tarik y rotis para todos señores!!
¿Rotis? Es verdad, todavía no te presentamos al marido del teh tarik, su mano derecha, el Batman para Robin, el Profesor Jirafales de Doña Florinda…
Por si el ejemplo de Batman y Robin no quedó claro, digamos que pedir un roti es lo primero que te sale después de pedir un teh tarik. Por ejemplo, si decís milanesa ¿en qué más pensás? Puré o papas fritas (aunque en mi casa -Jota- el acompañamiento preferido siempre serán los fideos moñito con manteca y queso). Más claro todavía y para que no haya discusión alguna: ¡es como la Coca para el Fernet!
Rotis hay varios, dulces y salados, pero nada detona mejor al teh tarik que el único e irrepetible, el señor de las sartenes… (redoble de tambores)… su excelentísimo ¡Roti boom! Este tándem se juntó para formar el mejor desayuno o merienda que uno puede tener en Malasia.
Como podés ver en la foto de abajo, el roti boom es una especie de panqueque al que antes de cocinarlo le ponen manteca y azúcar, que al entrar en contacto con el calor le da ese toque “caramelizado” y burbujeante que es lo que lo hace tan rico.
Aunque sea nuestro preferido, no es el único roti que podés encontrar en Malasia. Otro que te recomendamos es el artístico roti tisu: la masa es muy finita y crocante, en forma de cono y con leche condensada alrededor. Por lo general es un poco más caro que los otros porque tienen que ocupar toda la sartén para hacerlo.
Un buen “rotero” se puede juzgar por su capacidad de hacer un verdadero roti tisu. Pedilo aunque sea una vez para la foto.
Sí, el nombre viene por tissue (pañuelo de papel).
Otros rotis para nada despreciables son:
Roti susu: relleno con leche condensada.
Roti telur: con huevo.
Roti pisang: con banana, pero no tan buenos como los de Tailandia.
Roti bawang: con cebolla.
Y el clásico roti canai (se lee chanai), que es solo masa, elegido para mojar en curry.
Algo particular es que, tanto los rotis dulces como los salados, van a venir acompañados de dhal, que es un curry de lentejas. Todavía no pudimos acostumbrar nuestro paladar a mezclar el sabor del roti boom con el de las lentejas, pero debe ser un sabor adquirido como el mate, que todos nos dicen que son horribles pero nosotros los seguimos defendiendo contra viento y marea.
Los rotis los vas a encontrar en los kopitiam, que son restaurantes simples de indios-malayos donde además venden bebidas, arroz con currys, y otros platos no muy elaborados a precios bajos. Algunos malayos también los hacen, pero no le pidas un roti boom a un chino, ellos están mejor con las sopas.
Si estás por Penang no dejes de ir a Abu Mamak, el lugar que recomendamos en la guía de qué ver en Penang. Tienen una lista larguísima de panqueques, incluyendo un dudoso “roti Argentina” y los rotis “Samurai” y “Marlboro” con los que la imaginación se les fue de las manos y le dieron vida a una asquerosa fusión de salchicha, queso, confites, pasas de uva, verdura, ketchup, gomitas masticables, mayonesa, cebolla y banana. Hay que tener estómago, ¿no? Decínoslo a nosotros que no pudimos rechazar la invitación amistosa que nos hizo una chica malaya que conocimos.
Si tuviésemos que describir a Malasia en un plato, este sería el laksa. Cada región tiene su propia versión, pero las mejores –y eternas rivales- son las de Penang y Melaka. Y acá Marcando el Polo se divide, y Jota se va a comer a Penang, mientras que yo no cambio por nada a la de Melaka.
¿Hay mucha diferencia? Sí, la verdad que lo único que tienen de parecido es el nombre, y el hecho de que son sopas.
El laksa de Melaka es a base de leche de coco, lo que le da una consistencia cremosa y un equilibrio perfecto. Tiene dos tipos de fideos, brotes de soja, tofu, huevo, berberechos y langostinos (se puede pedir opción vegetariana).
Por otra parte, el laksa de Penang tiene un gusto amargo, y un olor tan fuerte que te sacan las ganas de probarlo. Está hecho a base de sardinas, que cubren todos los otros sabores. En vez de leche de coco, lleva pasta de tamarindo (¿a quién se le puede ocurrir cambiar la leche de coco por esta pasta tan fea?), y en vez de brotes de soja y tofu, lleva una especia de lechuga, cebolla y ananá (no hay nada más feo que el ananá en las cosas saladas, votemos para que saquen de las pizzerías la de jamón y ananá).
Acá viene Jota a defenderlo…
¡Pero nooooo! ¡Qué me pongo como loco y no sé por donde empezar! ¿Qué tiene que ver la pasta de tamarindo con la leche de coco? No la reemplaza de ninguna manera, es otro sabor. El laksa de Penang es creatividad pura, es arte como toda la ciudad… una pincelada de verduras, toques de cebolla, garabatos de fideos, las sardinas que representan el pasado pesquero de la isla, fuego en sus ajíes. Es contrastes, como la mezcla de etnias que la definen… ahí cobra sentido la aparición cameo de la pasta de tamarindo y el ananá, dándole un brochazo carnavalesco. Me pierdo revolviendo el laksa Penang y veo una obra de Quinquela Martín. Veo la simpleza de Melaka y noto falta de actitud, lo veo frígido, como una acuarela de colores pastel. Por jugársela a todo o nada y no intentar conformar a los conformistas, yo, personalmente, le doy mi perla blanca al laksa Penang.
Y vos, ¿sos de Melaka o de Penang? Ahora tenés que probar los dos y contarnos cuál te gustó más…
El laksa está entre Nuestros 10 platos preferidos del Sudeste Asiático.
Izq.: Laksa Melaka. Der.: Laksa Penang
Tenemos excelentes noticias para darte: según nuestra experiencia, Malasia es el segundo mejor país de Asia para ser vegetariano, solo superado por India y palmo a palmo con China.
Lo más importante es que todos entienden el concepto de comida vegetariana, además de que casi todos hablan inglés, entonces no es ningún problema hacerse entender. En todas las ciudades hay restaurantes exclusivamente vegetarianos –muchos puramente veganos–, y tienen el mismo precio que un restaurante común, o inclusive más baratos, aunque todos los restaurantes tienen al menos una opción sin carne.
También hay muchos lugares para comer que son estilo buffet, donde te cobran por lo que te hayas servido dentro de una enorme variedad de opciones. Y aunque o lo puedas creer, todo lo que ves está hecho a base de seitán o proteínas de soja, hasta eso que estás seguro que es cerdo o pollo.
Además, en todas las ciudades hay un templo sikh donde podés comer gratis riquísimos platos indios. También en algunos restaurante budistas dan comida vegana gratis, como en el Amituofoh de Melaka.
En la guía de Penang y Melaka te pasamos el dato de nuestros lugares vegetarianos/veganos preferidos, templos sikh y budistas. También en el Itinerario de nuestro viaje por Malasia: Península.
La comida vegetariana de Malasia también está en el ranking de Nuestros 10 platos preferidos del Sudeste Asiático.
¿Quién dijo que la comida vegetariana es aburrida? Eso porque no conocen el restaurante Ee Beng de Penang
En Asia el concepto de dulces es muy distinto al que tenemos nosotros. Ingredientes que creíamos eran exclusivos para cosas saladas, como los porotos o el choclo, por nombrar algunos, acá se convirtieron en la base para muchos postres.
Es que en el continente asiático muchas cosas están invertidas a nuestro concepto de «normalidad»: mientras que en Occidente se busca un bronceado perfecto, en Asia luchan para tener la piel lo más blanca posible. Decorar las casas con imágenes de Buda se usa cada vez más en los países no budistas, mientras que en Asia tener una casa del estilo Occidental es muestra de estatus. Los postres no querían quedarse atrás: mientras que para cualquiera de nosotros sería impensable comerse un helado de arvejas o condimentar un riquísimo mango con sal y ají molido, en Malasia estamos hablando de sabores diarios.
Uno de los postres donde encontramos estas “contradicciones” es en el célebre cendol. Para los malayos no estuviste en su país hasta que no lo probaste. Es uno de los orgullos gastronómicos y se puede encontrar hasta en el pueblo más remoto. Aunque parece que para probar «el bueno” vas a tener que ir a Penang. ¿Te diste cuenta que Penang es la capital culinaria del Malasia? ¿Será por eso que nos gustó tanto?
Vale aclarar que el cendol no nos gusta ni un poco. Le dimos más de una chance solo para confirmar que nuestros gustos no pueden coincidir menos con los malayos.
Para que no te lleves sorpresas, te contamos que el cendol original está hecho con mucho hielo molido, leche de coco, azúcar de palma y unas gelatinas verdes de pandan que parecen gusanos. Hasta ahí, salvo por las gelatinas, no está mal. El problema viene cuando te pedís el que ellos te recomiendan, con los “extras”. Agregale una gelatina negra llamada “gelatina de pasto” (el nombre ya lo dice todo), porotos rojos y choclo cremoso. Si querés salvar a tu cendol de la debacle total, pedilo con helado.
Si el cendol te gustó, entonces seguí con otro favorito: el ABC. Como era una recomendación de un compañero de trabajo malayo, que lo puso en la lista de “must eat” que nos hizo para nuestra primera visita a su país e insistió especialmente en que lo probáramos, le hicimos caso.
Uyyyy ¡qué chasco nos llevamos! Este tiene más gelatinas coloridas, unos almíbares que pareciera haberlos elegido Andy Warhol y otra vez los problemáticos porotos rojos y granos de choclo.
Algo que teníamos pendiente desde hacía mucho era el Ais krim goreng (helado frito). Lo habíamos visto en documentales de comida de Malasia, pero nunca habíamos tenido el placer de probarlo. Kuala Terengganu fue el lugar para nuestro bautismo: no solo que se encontraba fácilmente, sino que había un patio de comidas dedicado a esta especialidad. Había llegado el momento.
Una sola vez alcanzó para sacarnos las ganas y decidir no desperdiciar un helado nunca más sumergiéndolo en aceite hirviendo. La combinación aceite-helado-aceite-masa-aceite-sirope-aceite no es la mejor, pero teníamos que probar para creerlo. ¿Cómo lo fríen sin que se derrita? Envuelven una bocha de helado congelada en masa y lo vuelven a congelar. Después lo sumergen en la freidora. No lo intenten en sus casas.
Por si todos estos postres no te alcanzan, te podemos acercar un platito de grass jelly, esa «gelatina de pasto» negra de la que te hablamos en el cendol, que, como la ves, no es muy tentadora. A los malayos les encanta ponerla en las bebidas frías, en el helado, o comerla en su estado original.
No te asustes, no todos son sabores no aptos para nuestro paladar. En Melaka, el segundo destino culinario del país, nos volvimos adictos al coconut shake. Este licuado de coco con helado es difícil de encontrar en otras partes del país, así que aprovechá cuando estés por acá.
En el mercado de Ramadán, nos topamos con otra deliciosa sorpresa: flan, tal cual lo conocemos nosotros. La única diferencia es que como en Malasia son pocos los que tienen horno, lo cocinan al vapor, pero el gusto es muy parecido.
Todo venía perfecto hasta que, en una de las cenas de Ramadán, Jota puso en el mismo plato donde estaba mi flan un calamar relleno de arroz glutinoso, que se suponía también era un postre. Bueno, estaba en almíbar y era dulce, pero ya te dijimos que los gustos malayos por lo dulce son muy distintos a los nuestros. Al probarlo, intentando ocultar la cara de asco frente a la familia que nos había invitado, Jota diría por lo bajo: “me hicieron una cama, ¿¡cómo van a poner esto entre los postres!?”
Ketupang sotong, más conocido por nosotros como «el arruina flanes». Aunque no lo creas, es un postre
¿Qué le paso al arroz ese… es para Pitufos? Aunque el sabor no sea muy especial, el solo hecho de que el arroz sea color azul ya lo hace un imperdible, aunque sea para la foto.
El color es completamente natural, nada de colorantes, sino que lo cocinan con una flor que se llama conchita azul o clitoria. El arroz viene acompañado con unos snacks fritos y por arriba le podés agregar vegetales salteados, pollo, huevo frito, huevo cocido en sal, curry de pescado, o lo que haya a disposición.
Es un plato típico del noreste (Estado de Kelantan), pero lo vas a encontrar en muchos mercados del resto del país. Vale aclarar que el orgullo de Kelantan es colorearlo de forma natural, pero impostores en otras partes pueden hacerlo con colorantes artificiales.
¡Ay Siew, Siew! Nuestro compañero de la listita de “must eats” también nos dijo que no nos podíamos ir de Malasia sin probar el Chee cheong fun. Y si, nos llevamos otro fiasco.
Como creemos que todos merecen una segunda oportunidad, reincidimos. La segunda vez estuvo mejor, pero seguimos sin entender por qué los chinos lo aman.
Es una masa gomosa de fideos de arroz que se enrolla en forma de chorizo y se cocina al vapor. La clave está en la salsa, generalmente es salsa de soja dulce con semillas de sésamo y listo, pero mejora cuando la hacen con cebolla de verdeo salteada y chilis. Es un plato cantonés, así que lo vas a encontrar en los puestos de comida china.
Difícil que este no te guste. Es un panqueque bien cargado, por lo general relleno con carne picada, carne de cordero o pollo, huevo, cebolla y ajo. También te van a traer un poco de curry para mojarlo y ketchup.
Lo más común es que lo encuentres en puestos ambulantes exclusivos de murtabak, pero también en algunos kopitiam. Para los vegetarianos es difícil encontrar una versión “verde”, pero podés pedir que te lo hagan si tienen vegetales.
¿Así que dejás la cabeza cuando comés pescado? Si te ve un malayo te la saca del plato y se la guarda para hacerse un curry.
Aunque pienses que no, en la cabeza hay mucha carne para aprovechar, y el gustito que le deja al curry cuando se cocinan en la misma olla no tiene comparación, te guste o no. No creas que lo hacen con sobras de pescado, al contrario, usan red snapper (pargo colorado) y es un plato bastante caro.
Fondue al estilo malayo. Como toda fondue es divertida, pero siempre te quedás con hambre.
Esta es una versión callejera, para comer al paso. Frenás en uno de los carritos donde ves un mostrador con varias brochetes, elegís los que querés, y los ponés a hervir por un rato. Hay vegetales, hongos, mariscos, dim sims, bolas dudosas y mucho más.
Cada palito tiene un color que indica el precio. Cuando terminaste le mostrás los palitos al vendedor y te cobra según lo que comiste.
Lo que seguro te va a pasar, hasta que le agarres la mano, es que se te va a caer la brochete adentro del caldo hirviendo, o la vas a dejar demasiado tiempo y lo que estés cocinando se va a desarmar, o te vas a olvidar cuáles eran tus palitos porque todos comparten las mismas ollas. No vayas pensando en almorzar o cenar lok lok porque si querés llenarte te va a costar mucho más caro que un plato de comida abundante.
Puede que el nombre no suene muy tentador, pero esta leche de soja endulzada se convirtió en nuestra bebida preferida en Malasia, peleando palmo a palmo con el jugo de caña de azúcar.
Es lo mejor que podés tener a mano si te pediste algo muy picante. El agua no soluciona nada, pero el arroz blanco y la soya bean drink son los mejores bomberos. Dulce y natural, probala y volvete adicto.
En todos los países del Sudeste Asiático podés encontrar fideos salteados, pero no se te ocurra decir que el char kway teow es lo mismo que cualquiera que comiste antes porque en Malasia se te arma.
Se puede pedir con distintos ingredientes, pero el tradicional está hecho con fideos de arroz anchos, salsa de soja, chilis, langostinos, pasta de langostinos, berberechos, brotes de soja, ciboulette y huevo. El experto saltea todo eso en un wok con el fuego al máximo mientras chorrea transpiración arriba de los ingredientes… ¡mmmm!
Importante: se pronuncia «cha kué tiao».
En la puerta de todos los restaurantes chinos que pases vas a ver una vitrina con los vidrios empañados. Ahí adentro se cocinan al vapor y se mantienen calientes los pao (más conocido como bao en otros países), unas bolas pálidas de mucha masa con distintos rellenos.
Los más comunes son de cerdo, pero también hay dulces: porotos rojos, coco y kaya, un dulce hecho a base de huevo y coco que vendría a representar como lo que es el dulce de leche es para los argentinos. Para nosotros son muy masacote, pero no dejan de ser un clásico.
Este fue uno de los primeros platos que probamos en Malasia. Ver esas espadas saliendo de adentro del tandoor (horno de barro) con presas de pollo de un color artificial pero hipnotizador y el crujiente naan (pan indio) cocinándose en las paredes del horno nos llamaron la atención. Al lado un indio nos repetía: “Ok, tandoori chicken? Ok? You want tandoori chicken for two, ok? You want?” Nos fuimos a otro porque el indio ya estaba insoportable, y qué bien que comimos.
El color rojo furioso al pollo se lo da la pasta con la que lo untan, que se prepara con yogurt, ají molido, cúrcuma, una mezcla de especias indias llamada garam masala y otros ingredientes que van variando. El pollo viene acompañado con el espectacular pan naan, cebolla cruda y algunos currys.
Wonton son unos paquetitos crocantes rellenos de cerdo, y mee significa fideos. Ponelos en un caldo y sumale unas hojas de verdura, más cerdo, chilis y salsa de soja. Como resultado tenés una de las sopas tradicionales chino-malayas.
Es un plato rápido, sin mucha elaboración y, como la mayoría de este tipo de sopas, sin mucho sabor tampoco. Pero te guste o no, es otro infaltable clásico de la comida de Malasia.
Lo divertido de comer en Malasia es que en cada estado, y mismo en cada ciudad, tenés una enorme variedad de platos típicos. Los malayos son fanáticos de su comida y todos dicen tener la segunda mejor del país. Sí, la segunda, porque nadie se anima a competir con Penang.
La gran ventaja es que siempre va a haber alguien cerca que hable inglés para explicarte qué es cada cosa. Aunque mejor todavía, aprovechá lo fácil que es aprender malayo para familiarizarte con estos términos clave:
Comida/comer: makan.
Pollo: ayam.
Pescado: ikan.
Langostino: udang.
Cerdo: babi (solo los chinos lo comen).
Huevo: telur.
Vegetales: sayur.
Fideos: mee (se pronuncia «mí», no «meeee» como una oveja).
Arroz: nasi.
Leche: susu (casi siempre se refiere a leche condensada).
Frito: goreng (pollo frito es ayam goreng, fideos fritos -salteados- mee goreng, helado frito ais krim goreng, y así sucesivamente).
Hervido: rebus.
Dulce: manis.
Picante: pedas.
Caliente: panas.
Bueno y todo lo que puedas aprender leyendo lo menúes. Vas a ver qué fácil que es y cómo te simplifica la búsqueda.
Otra cosa, lavate bien las manos cuando vayas a un kopitiam porque la comida india se disfruta más enchastrándote las dedos con curry y arroz, y andá perfeccionando tu técnica con los palitos porque así comen los chinos.
La comida malaya no es picante, pero ahora ya sabés, si sentís que te están quemando la lengua con un soplete, apagá la llama con una soya bean drink. Y hacenos caso, arrancá el día con un roti y teh tarik. Probá todo lo que puedas y a donde vayas preguntale a los locales cuál es el plato típico.
¡Buen provecho y a comer que se enfría!
Con 19 y 21 años emprendimos un viaje que creímos sería de tres meses, pero se convirtió en nuestro estilo de vida. Diez años más tarde, seguimos descubriendo los rincones más remotos del mundo para eliminar la frontera más peligrosa: la que nosotros mismos creamos.
Más sobre nosotrosUn viaje a dedo de 47.000 kilómetros uniendo Asia de punta a punta durante tres años, desde Filipinas hasta Turquía, para descubrir lo que los medios eligen no mostrar.
Inspirados en los mensajes que nos llegan pidiéndonos un empujón para salir de viaje largo, creamos este libro para que pases de la motivación a la acción.
[…] the five senses: the flavors of Indonesia Traveling with the five senses: the flavors of Singapore Traveling with the five senses: the flavors of Malaysia Myths and truths of Thai cuisine Everything I know about Myanmar I learned while having […]
Hola chicos!
que placer por fin encontrar un post con fotos de comida de mercados, ya pensábamos que eramos los raros de la blogosfera!
Compartimos 100% la opinión de que Malásia es un destino para comer, de hecho ellos también los saben, cada ciudad tiene en el mapa turístico lo que «debes comer» al más puro estilo de Logroó y sus pinchos.
Lo que con lo del Cendal, discrepamos, a nosotros nos encantó, si tubieramos esa cosa antigua del Facebook, nos haríamso fans o le pondríamos un like al Instagram :P. Cada vez que encontrábamos algo parecido, ya sea en Malásia, Indonésia o Vietnam, le hincábamos el diente! Unos fans, vaya.
Saludos y seguir, nos vemos en: Fuet i Mate
Ares
Una de las principales razones por las que nos sentimos tan cómodos en Malasia es por la comida, y creemos que con este post queda bastante claro jaja.
El cendol podría no estar tan mal si no fuera por los porotos rojos y los granos de choclo… bueno, y esas gelatinas tampoco ayudan mucho. En muchos países de Asia se comen postres similares, de hecho el «shaved ice» de Taiwán nos encanta, como contamos en este post: https://marcandoelpolo.com/consejos-viajar-a-taiwan-itinerario-costos-comida/
¡Sigan disfrutando de la comida asiática!
Estoy aterrizando en Malasia y, después de leer este post, me dio hambre jaja. Gracias por los tips (amo su blog), en Indonesia también me sirvieron un montón!! Abrazoooosss! PD: Tienen que probar mango con adobo en Venezuela o cualquiera de los ducles con choclo, no solo los asiáticos comen postres raros 🙂 jaja
No sabíamos que en Venezuela también comían postres con choclo y mango salado! Genial, los vamos a probar cuando vayamos!
Malasia es el paraíso culinario 🙂
La comida en Malasia es una pasada, se puede encontrar comida de muchos países diferentes de Asia. Es un genial que haya tanta variedad para elegir!
[…] Mamak (Jalan Dato Koyah y Jalan Penang): Si sos un fanático adicto a los rotis(panqueques típicos) como nosotros, no te podés perder este lugar, que seguramente tiene la mayor […]
Nooooooo! En el viaje anterior a Europa aumente 6 kilos!! No me quiero imaginar con toda la comida que tengo que probar en el Sudeste como me va a ir! jajajajaja Buenisimo su blog, los felicito!
No te preocupes, solo disfrutá 🙂
Buen viaje!!
[…] Mamak (Jalan Dato Koyah y Jalan Penang): Si sos un fanático adicto a los rotis (panqueques típicos) como nosotros, no te podés perder este lugar, que seguramente tiene la […]
[…] Mamak (Jalan Dato Koyah y Jalan Penang): Si sos un fanático adicto a los rotis (panqueques típicos) como nosotros, no te podés perder este lugar, que seguramente tiene la […]
Chicos son unos grosos! Los vengo siguiendo desde hace unas semanas que emprendimos viaje por tres meses. Ayer llegamos a KL y hoy probé el teh tarik. No venía chorreado ni en vaso de vidrio pero me encanto igual! Tratare de probar otro en otro lado. Gracias por sus posts! Los tengo siempre a mano. Saludos! Marina y Guido
Chicos!! Bienvenidos a Malasia!
Disfruten mucho de la comida! Ya les va a tocar un teh tarik chorreado! jajaja
Abrazo grande!!
Hola pibes! Se que esto fue hace mucho tiempo, pero estoy escribiendo para defender el honor (y me pongo de pie para nombrarlo) del Gran Laksa Melaka! Estamos en Penang en este momento y ayer comimos el que hacen aqui, no tienenen verguenza en llamarlo de la misma forma! jaja Esta bien, pero no jodan…
Si vuelven tienen que tomar un Kopi Susu, tirado del mismo modo que el Teh Tarik. Una bomba!
Les mando un saludo levantando mi botellita de leche se soja! 🙂
Ezequiel
Dani me festeja en la cara! Pero pará… lo probaron en el lugar que recomendamos? Bué, que recomiendo yo, porque Dani probó una cucharadita y le alcanzó. El de Melaka es sublime, no lo discuto, pero un buen laksa Penang es top 3 de comida del Sudeste… por lo menos, así lo veo yo.
Claro que sí el kopi susu, pero como decís, es una bomba que te deja herido por el resto del día jaja.
Para «la calor», leche de soja o muerte!
Me ha enncantado este post, tiene todos los ingredientes para que me guste: comida y viajes, una combinación perfecta.
Uff que rico todo!.en Penang a donde vayas comer excelente.
Malasia por su Mix cultural es una meca invatible del buen comer
Nunca he estado en asia ( pienso ir el año que viene) pero el roti Marlboro me parece un atentado a la gastronomía, jaja. Chicos no pensaron en abrir un puestito callejero con un slogan tipo: » From Argentina to the world, dulce de leche roti» . Sería un éxito entre tanta cosa bizarra que hay por ahí, además creo que les gustaría a los malayos.
Hola Santi!! El roti con dulce de leche lo tenemos reservado para hacer en casa cuando estemos en Argentina!! Mmmmmm… ya se nos hace agua la boca sólo de pensarlo. 🙂
Qué ganas de probar todo!!! con mi novia pensamos ir cuando terminemos la visa de nz. A mi me gusta probar de todo, pero ella no es muy abierta a los nuevos sabores, encima todo le pica. Es muy picante la comida ahí? porque ustedes dicen que no pero todo lo que ponen lleva chili!!! al menos con el teh Tarik y los rotis vamos a estar muy bien 🙂
Para nosotros no es nada picante, pero depende de cuánto toleren ustedes. Tenemos amigos para los que un poco de curry o pimienta ya es incomible. Si uds son de esos tal vez tengan problemas con las sopas, pero basta con pedir «no spicy!»
Disfruten la comida y buen viaje!
Ohhh!! No incluyeron el Rojak!!
Fue lo primero que comi nada mas llegar a Malasia, en Penang. ESPECTACULAR, pero a partir de ese dia no he vuelto a comer uno tan rico… De hecho alguno que probe por Singapore me dieron ganas de tirarlo diractamente a la basura…
El rojak!! Otro clásico de la zona. A nosotros nos lo regalaron en Indonesia y la verdad que nos quedamos con la fruta sola, esa combinación de chili con dulce que hacen por acá no nos termina de convencer. En Malasia cada vez que lo veíamos nos acordábamos de ese día y nos traía malos recuerdos, así que no lo volvimos a comer más jaja.
https://marcandoelpolo.com/2013/05/20/comida-tipica-indonesia/ en este posteo le dedicamos unas líneas.
En Malasia me volvi adicta a la comida india, y un amigo me dijo hace poco que la comida india en Malasia es mejor incluso que en la propia India… Esta claro que en Malasia tienen un don para la cocina.
Siiii, la comida indo-malaya es muy distinta a la de India. ¿Cuál es mejor? Mmm no se, las dos son para chuparse los dedos!! 🙂
Ay! Chicos, gracias por este post!! Jajaja, que rico recordar todo esto!! Lok Lok, Laksa, Pollo Tandoor… el Pao no es para mi, fue lo primero que probé en Singapur, da mucha curiosidad. El batido de coco es un placer divino, y por suerte aquí en Ecuador hemos encontrado el mejor del mundo, el de doña Marta.
El Té Tarik lo sirvo mañana a mi «Taza de Té» del Veo-Veo…
Abrazos transoceánicos 😉
Uyyy tenemos que ir a lo de doña Marta entonces!!!
Nosotros tampoco somos muy amigos del Pao. El de kaya fue el que más nos gustó, es algo bien típico, pero igualmente sigue teniendo demasiada masa al vapor. Es como comer goma espuma jaja.
Esperamos leer el Veo-Veo, con el teh tarik no hay ningún otro posteo que valga jaja.
Besos