Todo lo que sé sobre Myanmar, lo aprendí tomando té

Última actualización: 20/08/18

Es una mañana poco común. Nada nos es familiar. Estamos en un país ajeno, viendo rostros que nunca vimos, probando cosas que ni siquiera sabíamos que existían, escuchando un idioma que nunca escuchamos. Nada es familiar, ni la tanaka que cubre la cara de la gente que nos rodea, ni las hojas de té fermentadas que tenemos servidas en un plato, ni las escupidas que decoran el piso; pero sin embargo nos parece haberlo vivido. ¿Será en otra vida? ¿Estaremos en Bangladesh? No, no lo estamos. Quizás sea parte de un gran sueño, pero el sonido de la respiración de un nene de apenas ocho años nos hace volver a la realidad. Una realidad que no es la que queremos ver, pero es la verdadera, la que nunca sale en los folletos turísticos. El nene nos saluda, “¡Mingalaba!”, mientras señala el menú y nos hace un gesto con la cabeza para ver qué queremos pedir.  Sus compañeros, más nenes que no superan los 12 años, se ríen del coraje del chico que se animó a atendernos. “En el lugar donde fueras, haz lo que vieras”, dice el dicho, así que optamos por dos tazas de té, como todos los demás. Aunque está lo suficientemente cerca de la cocina, manda la orden con unos gritos que forman parte de la música natural de las casas de té de Myanmar, que de fondo se entremezcla con una publicidad bizarra de la tele que tiene un ritmo pegadizo. Por más que sólo hayamos pedido dos tés, la mesa está llena. Hay una tetera, samosas, empanaditas dulces, churros chinos, servilletas, escarbadientes, cigarrillos y un bol con tazas remojadas en agua que hace rato que no cambian. Del techo cuelgan encendedores atados a hilos.

El té está listo. El nene va a buscarlos, mientras menea al ritmo de la música que suena de fondo. Claro, lo que menos quisiera estar haciendo un chico de ocho años es trabajando 15 horas al día en una casa de té, pero la educación es demasiado costosa y considerada una pérdida de tiempo por gran parte de la población de Myanmar. Los padres no pueden mantenerlos, y los 30 dólares mensuales que su hijo puede aportar es motivo suficiente para mandarlo a trabajar. Nosotros nos vamos después de un rato, pero para estos nenes, la casa de té se convirtió en su hogar adoptivo, y los clientes en su familia. Al caer la noche, cuando el local cierra, las mesas se convierten en su cama.  Al día siguiente, la historia se repite…

Toda la dulzura de los nenes de Myanmar queda concentrada en una taza de té. A los birmanos les gustan las cosas dulces, y el té es su máxima expresión. La leche condensada es el ingrediente mágico, y algunos son tan dulces que bien podrían ser un postre. Para bajarlo, es obligada una tacita (o una tetera completa) de chinese tea que está gratis en cada mesa en cantidades ilimitadas.

Viajar a Myanmar - casa de te en Yangon

Típica casa de té birmana

Que nunca falte el té

Viajar a Myanmar - snacks en casa de te

«Pay as you eat»

Viajar a Myanmar - churros chinos, casa de te

¿Alguien dijo aceite?

Viajar a Myanmar - cigarrillos en casa de te

Los cigarrillos no pueden faltar en ninguna casa de té

Viajar a Myanmar - casa de te callejera, Yangon

Las diminutas sillas no pueden faltar

Viajar a Myanmar - te en las calles de Yangon

Y, por supuesto, no podíamos seguir de largo

Las casas de té de Myanmar son un microcosmos. Uno puede pasar toda su estadía ahí e irse sin conocer más nada, pero habiendo visto todo. Sería algo así como “Todo lo que necesito saber sobre Myanmar, lo aprendí en la casa de té”.  Reúne a pobres y ricos, monjes budistas y musulmanes. Es mucho más que un lugar para ir a tomar algo, es una institución, como lo fueron los cafés durante muchos años para nosotros. Los hombres pasan horas sentados en las bajas mesitas que parecen sacadas de un jardín de infantes. Son incómodas, pero sin ellas no sería lo mismo. De hecho algunas casas empezaron a cambiarlas por mesas normales, pero la gente las rechaza. A nosotros, sin pensarlo, nos pasa lo mismo. Si no tiene mesas chiquitas, no entramos. Es la costumbre a la incomodidad, como quien se habitúa a los zapatos que no son de su talle y no quiere cambiarlos.

La presencia femenina es casi nula en estos lugares. Cada tanto estaciona un auto de los que son excepción en Myanmar y todas las miradas se desvían hacia la señorita que entra con su pareja. Los dos resaltan del resto por su presencia, su postura y su ropa inmaculada. Él tiene puesto una remera blanca escote en V, bermudas color beige y mocasines, anteojos de sol y reloj. Ella con un vestido que compró en algún viaje, zapatos chatos y una pulsera de oro, o quizás sólo es dorada. Los demás son un batallón de remeras o camisas rotas, ojotas gastadas y longyi (polleras largas). La diferencia de clases tiene que quedar marcada en todo momento. Ellos disfrutan del té que no pueden conseguir en otro lugar, pero ningún vínculo los une con las vidas de quienes los rodean. Otro nene los atiende con respeto, no les hace chistes ni se les acerca tanto como a los otros clientes. Están acostumbrados a ser servidos, y por eso no tienen nada que agradecer.  Comen rápido y se van, por más que no tengan nada que hacer siempre se tienen que mostrar como personas ocupadas. Nosotros terminamos otra tetera de té chino y la levantamos mirando a uno de los nenes para que nos traiga otra por más que desde hace rato que nos hacemos pis. No tiene mucho gusto, pero es compañero e inspirador. Las hojas de la libreta de mano se nos empiezan a llenar tomando nota de todo lo que vemos: chinese tea poco gusto pero gratis – nene 8/10 años nos atiende – gordo camisa abierta se rasca el ombligo con cucharita del té – grupo de musulmanes recién salidos de mezquita – Dani única mujer – tazas en agua sucia – peli de guerra en tv – póster Aung San y Aung San Suu Kyi…

Viajar a Myanmar - Aung San Suu Kyi

Aung San y Aung San Suu Kyi. Distintas revoluciones, mismo objetivo

Casa de té birmana en Mae Sot, Tailandia

Viajar a Myanmar

Monje en la casa de té

Viajar a Myanmar

¿Qué hay en el diario?

Viajar a Myanmar

De noche todos se juntan en las que tienen TV para ver los partidos de fútbol

El idioma universal de la casa de té

No importa dónde estén. En el campo o en la ciudad, los menús de las casas de té son casi siempre idénticos. Además del infaltable té con leche condensada y té chino, vas a poder elegir alguno de estos 5 infaltables, entiendas o no lo que dice el menú:

Ensalada de hojas de té fermentadas (lahpet): esta delicia se lleva todos los aplausos, por sabor y originalidad. Sí, sabemos lo que estás pensando en este momento, pero tenemos que decirte que las cosas no siempre son lo que parecen. Así de asquerosa como suena, terminó siendo nuestro plato preferido de Myanmar. No sabemos si es por la energía que dan las hojas de té, o por la combinación con los maníes, ajo, cebolla, tomate y otros crocantes que están mezclados en esta ensalada, pero tiene un surtido de sabores que es excelente.

El lahpet está en el ránking de Nuestros 10 platos preferidos del Sudeste asiático.

Comida Sudeste asiatico - - ensalada hojas de te fermentadas Lahpet, Myanmar

Nuestro preferido

Ensalada de arroz o fideos: las casas de té no son para ir a darse un festín de comida, los platos no son muy grandes porque están pensados como algo para picar. Pero algunas ensaladas son tan ricas que terminás comiendo varias y se convierten en tu cena. Estas dos ensaladas son frías, con muchos crocantes (maní, abas y garbanzos salteados), cebolla, ajíes, ajo, semillas de sésamo y cilantro, el ingrediente que no puede faltar.

Viajar a Myanmar

Ensalada de arroz

Viajar a Myanmar - ensalada de fideos

Ensalada de fideos

Shan noodles: ¿¡qué sería de una casa de té sin este plato!? Fue el primero que probamos del menú y nos encantó. Hubo algunos para olvidar también, pero no deja de ser uno de los platos nacionales. Son originales del Estado de Shan pero están en todo el país. Está hecho con fideos de arroz, polvito saborizante mágico (a veces se les va la mano y arruinan el plato), aceite, maní, cilantro, pollo (opcional) y a veces con una especie de crema. Pickles y caldo de pollo están incluidos pero vienen en platos aparte. Podés mezclar la sopa con los fideos o tomarla por separado. Si no te entienden pedilos como Shan kauk swé.

Viajar a Myanmar - shan noodles

Shan noodles

Samosa: estos clásicos triangulitos indios van a estar en tu mesa desde el momento en que te sientes. No es que sean gratis, sino que cuando vayas a pagar van a contar cuántas comiste. Las originales están rellenas de papa, cebolla y curry, pero también hay de pollo o cordero.

Comida de Myanmar - samosas

Samosas

Palata: la clásica parata india es un pan chato cocinado a la sartén. La de Myanmar es una versión mucho más aceitosa, como más le gusta a ellos. Ya sea la clásica o con huevo, te la van a cortar y llenarla de azúcar y leche evaporada. Frenalos a tiempo si querés algo más suave para contrarrestar el té.

Viajar a Myanmar

Palatas recién hechas

Nos pasa algo raro con Myanmar. Estamos en Yangón y muchos viajeros nos advirtieron que no pasáramos muchos días en esta ciudad porque era fea y caótica. Contra todos los pronósticos, a nosotros nos encanta. Algo parecido nos pasa con las casas de té. El piso está sucio y las escupidas de color rojo intenso producto de la adicción al betel decoran la vereda del local, pero nos sentimos cómodos. No hay día que no pasemos varias horas sentados en uno de sus banquitos, leyendo el diario y mirando la tele en un idioma que no comprendemos, pero entendiendo todo a la vez. Estamos teniendo una clase de historia frente a nuestros ojos. Y no hablamos de lo que se puede aprender viendo las ruinas de Bagan, sino la historia contemporánea que muchos turistas se pierden por ir en busca de los resabios del pasado. Al lado nuestro hay un monje budista, que le hace seña a uno de los nenes para que le lleve un cigarrillo. Sería la primera vez, pero no la última, que seríamos sorprendidos por las acciones de estos seres que muy lejos están de las enseñanzas de Buda. Del otro lado están sentados dos ricachones que claramente se nota que están hablando de negocios. Ambos lucen su enorme panza, símbolo de riqueza. De fondo, pasan en la tele un discurso de Aung Sang Suu Kyi, cara visible de la larga lucha por la democracia en Myanmar. Hace tan sólo unos años ver algo así en un lugar público era impensado, pero este país está cambiando muy rápido, tan rápido como cambian las generaciones nacidas y criadas bajo opresión. Tan rápido como se le pasa la infancia a los nenes que nos atienden.

Viajar a Myanmar

La vida gira entorno a una taza de té…

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18 Comentarios

  1. Laura

    Es la primera entrada del blog que leo y me ha dejado encantada vuestra forma de narrar. Acabo de llegar a Yangón para quedarme al menos un año y estoy de acuerdo con vosotros en que esta ciudad, aunque sucia y caótica, es fascinante. Y ya me preguntaba yo qué le habían echado a mi té para que fuese tan tan dulce 🙂

    Responder
    • Marcandoelpolo

      ¡¿Un año en Myanmar?! Qué experiencia fantástica. Te recomendamos que leas Burmese Chronicles, de Guy Delisle, y Burma: What everyone needs to know, son completamente distintos pero excelentes los dos para entender mejor al país.
      ¡Mandanos bolsitas de hojas de té fermentadas para preparar lahpet que la extrañamos!

      ¡Buena estadía!

      Responder
  2. Josefina

    Aqui desde myanmar aprovechando sus relatos y datos!!! Definitivamente de lo mejor y. As kindo del sudeste….. cada uno de sus post ha sido de lo mas acertado en relaciom a lo que nos hemos visto.
    Saludos y muchas gracias

    Responder
    • Marcandoelpolo

      Qué bueno que lo estén disfrutando! Myanmar es muy distinto a los otros países del Sudeste asiático, esperamos que el turismo no lo corrompa.

      Buenas rutas!

      Responder
  3. Ariel

    Que genial ..sus historias sobre las casas de té de Yangón!!.soy un enamorado de Myanmar,,estube en Diciembre de 2016!! Una experiencia fabulosa!! Tal cual ,,disfruté muchísimo tomando esas cantidades de té, sentado en esas sillitas y dejando pasar las horas ..solo observando..! una delicia este país!! ,,q lindo me han hecho recordar,,,hasta en Mandalay sentado tanbién en una casa de té (en la calle) con un pancake de banana!! rico y super dulce!! jaja ..Saludos desde Mendoza y gracias por tan lindo blog!!

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    • Marcandoelpolo

      Definitivamente sentarnos en esas casas de té es lo que más extrañamos de Myanmar! Habrá que volver!

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  4. Monse

    Me emociono, y me recordo un poco lo que senti en Estambul…Gracias!

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  5. Gabi

    Chicos! excelente el blog.. Dejan «ver «y aprender mucho a través de todos los detalles. Seguramente vaya por esa zona hacia marzo, abril! Llevaré si me dejan yerba mate!

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  6. Mari

    Chicos! GENIAL el relato! Algo único entre otros relatos de otros sitios. Me encantó

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  7. Luciano

    Que interesante chicos! Imagino esa profunda emoción de estar en un lugar TAN diferente a nuestra realidad. Los felicito por seguir Uniendo Fronteras!

    Responder
  8. Alicia

    HOla, chicos, una vez más nos hacen viajar a través de las notas, uno siente que está allí viviendo las experiencias. Un beso grande!

    Responder
  9. Evelyn

    Que rica se ve la comida y ese té!
    Saben porque en algunos lugares les dicen Burma, o quizás es en inglés? vi unos folletos de viajes y nombraban Burma y pensaba, que país será ese? no se me ocurría otro que Myanmar o Birmania, como lo llamen.
    Saludos chicos, los sigo leyendo en su travesía.

    Responder
    • marcandoelpolo

      Sisi, Burma es Birmania en inglés. El nombre se lo cambiaron los militares en el 89 por Myanmar, pero algunos países lo siguen llamando Burma porque no reconocen al gobierno militar.
      Saludos!

      Responder
  10. toba2

    Hoy es un dia lluvioso en Bs.As. ideal para mate y tortas fritas…pero lo mejor de todoooo estuvo cuando comence a leer este entretenido relato con esas increibles fotos, la verdad IMPERDIBLEEE!!!

    Responder
    • marcandoelpolo

      jajaja otro más que nos nos hace extrañar los mates, bastaaaa!!!

      Responder
  11. Giuliana Snt

    Extrañaba un poco estos relatos en el blog! Envidia desde Buenos Aires tomando un mate y con la lluvia a mis espaldas. Ansío seguir leyéndolos 🙂
    Éxitos y abrazos.

    Responder
    • marcandoelpolo

      Envidia nosotros Giuliana!! En el último año tomamos mate una sola vez, justamente en Myanmar donde nos cruzamos con un argentino. No sabés cómo lo extrañamos!!

      Responder
      • Giuliana Snt

        Según tengo entendido, si todo sigue saliendo tan excelentemente con Eliminando Fronteras, ya van a llegar a Siria y tomar mate con yerba Rosamonte y todo! Iajuuu 🙂

        Responder

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